Macetas textiles - Felpot

El cultivo en macetas de arcilla y plástico son un elemento básico para la mayoría de los cultivadores. Sin embargo, los de plástico no son muy respetuosos con el medio ambiente y el sustrato que contienen se sobrecalienta con el sol. Últimamente, las macetas textiles están ganando terreno con razón en el mercado.

¿Cómo utilizar las macetas textiles y cuáles son sus ventajas?

En una maceta de tela, la planta forma un rico sistema de raíces. Esto le permite hacer un uso eficiente del agua y los nutrientes suministrados, lo que tiene un gran impacto en su vitalidad, tamaño y el rendimiento resultante. Cuando la raíz alcanza la pared exterior de la maceta, o el aire, no enrosca su crecimiento hacia el fondo, como en las macetas convencionales, donde entonces forma una maraña densa y redonda de raíces. En cambio, responde ramificando los finos pelos de la raíz, formando nuevas puntas de raíz en todo el volumen de la maceta, que son las que absorben los nutrientes en la planta. Así, el sistema radicular aprovecha mejor la capacidad total de la maceta y la planta no necesita ser trasplantada con tanta frecuencia.

Las macetas textiles también son estupendas para los cultivos de temporada, ya que se pueden esterilizar y reutilizar. Su capacidad de almacenamiento es también una ventaja innegable, ya sean versiones de 4 litros o de 50 litros. Pueden utilizarse tanto para el cultivo interior como exterior en la terraza, el balcón o el jardín. Tienen excelentes propiedades termorreguladoras, de modo que el sustrato no se sobrecalienta al sol, como ocurre con las macetas de plástico.

Pautas de riego en macetas textiles

Cuando se utilizan macetas de tela para cultivar plantas, hay que tener en cuenta dos diferencias. El sistema radicular está densamente repartido por todo el volumen de la maceta, por lo que tenemos que regar toda la superficie del sustrato, no sólo la parte cercana al tallo donde el agua corre más o menos perpendicular al fondo.

Como la maceta de tela es permeable y «respira», las plantas suelen necesitar un riego más frecuente que las macetas de plástico. Por otro lado, hay menos riesgo de exceso de riego, ya que las raíces ramificadas utilizan más agua y el exceso de agua se queda en el platillo, que puede verterse.

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